Esta planta contiene clorofila, dos resinas, una materia amarga, materia colorante, goma, almidón, y sales minerales predominando las sales de calcio, además contiene un aceite volátil el cual es escaso. El principio activo, es la substancia amarga, el cual no es alcaloide ni glucósido y no contiene nitrógeno. Por lo tanto puede emplearse con mucho éxito en los estados de convalecencia de todas las enfermedades, o a consecuencia de traumatismos en que se necesita un tónico y un estimulante de las funciones orgánicas.
Especialmente puede emplearse en los estados dispépticos que provienen de anemia o tuberculosis, pues estimula el apetito y favorece a la digestión, y por ello estimula el metabolismo, es decir, que hace que la actividad vital sea más intensa. El uso de este té también se justifica porque los antiguos mexicanos lo usaban para combatir los estados de depresión en la neurastenia sexual, y en los estados de impotencia que son a causa de la depresión, pero no ayuda en los casos en los que hay trastornos o lesiones medulares o que dependen estados patológicos en los testículos, pues en estos casos, no se mejora la anormalidad funcional.
La jaqueca, que sobreviene después de tomar exageradamente bebidas alcohólicas, también desaparece con tomar el té de la planta damiana, este efecto se debe a la acción estimulante que se ejerce sobre la circulación cerebral. La mejor forma de emplear la planta es en té utilizando 4 gramos de la planta fresca en 120 mililitros de agua, para después tomarlo como té, después de los alimentos.
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