El fruto de la piña es utilizado como alimento, sin embargo, también posee útiles propiedades medicinales. El fruto contiene una gran cantidad de celosa, un azúcar especial, un fermento más activo que la pepsina, pues a la temperatura de 37 °C a 40 °C disuelve una porción mayor que aquellas de substancias albuminoideas, un aceite esencial y sales minerales predominando las de calcio y potasio.
Los principios que contiene la piña indican su utilidad en los estados dispépticos, cuando hay escasez de secreción de pepsina, y en los casos en que la digestión se hace lenta. El fermento de la piña hace desaparecer las flatulencias, el estreñimiento y los eructos.
El jugo de la piña se pude prescribir para la bronquitis crónica, ya que hace desaparecer la inflamación de las mucosas, fluidifica las mucosidades que obstruyen las vías aéreas y disminuye la tos y la expectoración.
Dos o tres rebanadas de piña, espolvoreadas con azúcar y azufre lavado ingeridas en ayunas, durante dos o tres días favorecen a la expulsión de la lombrices intestinales. El jugo de la piña, tomado en ayunas, en dosis de tres o cuatro cucharadas, durante tres o cuatro días obra como diurético, en las nefritis, haciendo desaparecer la albúmina de la orina.
El jugo del la piña se prepara cortando en rebanadas, y espolvoreando cada una con azúcar, y para luego colocarla en un recipiente de cristal, en seguida se le somonte a un Baño María durante dos o tres horas. El liquido que escurre de las rebanadas es el que debe de utilizarse, tomando de seis a nueve cucharadas al día, consumir este jugo a la brevedad pues se descompone por fermentación rápidamente y ya no sirve.
El fruto considerado como alimento es útil, por contener gran cantidad de vitaminas; sin embargo, no debe de consumirse en exceso por ser irritante, ni tampoco ingerir gran cantidad de la parte de la celulosa porque pude provocar estreñimiento.
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