Este árbol fue traído por los españoles al continente de América, en los lugares cálidos de México este árbol de tamarindo llega alcanzar una altura de 20 a 25 metros de altura. La parte que es empleada de este árbol es su fruto que alcanza una longitud de 8 a 15 centímetros, pose la forma de una vaina; la pulpa rodea a las semillas y el tegumento es duro y de color café (El tegumento es un revestimiento epitelial que cubre las superficies externas del organismo, separándolo y protegiéndolo del medio externo).
La pulpa de tamarindo contiene una sustancia péptica que tiene la propiedad de formar en el agua un líquido espeso, gelatinoso y ligeramente turbio; contiene principalmete ácido tartárico en gran cantidad, bitartrato de potasio y ácido cítrico.
La pulpa de tamarindo se prepara colocando los frutos en suficiente agua y colocándola a fuego lento en una olla, cuando el fruto esta reblandecido se le pasa atreves de un colador fino para separar los huesos y los filamentos.
La composición química de la pulpa explica sus propiedades: el bitartrato de potasio es un excelente laxante a pequeñas dosis y un purgante si se aumenta la dosis. Las evacuaciones que provoca la pulpa de tamarindo son acuosas y no irritan el tubo intestinal.
El tamarindo también, produce un efecto diurético, esto provoca que los riñones sean descongestionados, esto se explica por la gran cantidad de saldes de potasio que contiene la pulpa.
El cocimiento de las hojas es en proporción de 5 a 6 gr por 100 ml de agua, poner a hervir esta mezcla y tomarlo como té. Esta infusión de té es útil para expulsar las lombrices del intestino.
La tisana de tamarindo (La tisana o infusión es la bebida que se consigue al hervir determinadas combinaciones de hierbas, especias o frutos en agua.) o el agua de tamarindo tomándola puede ayudar en las enfermedades febricitantes, es útil como refrescante pues calma la sed, la saquead de la boca, y el estado de resequedad de las mucosas.
En el caso de la disentería, el uso del agua de tamarindo favorece la acción de la emetina disminuyendo las hemorragias y el tenesmo rectal (El tenesmo rectal es un síntoma descrito como la sensación de tener la necesidad de defecar, que a veces al intentar la defecación no se consigue
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